Este blog nace a partir del libro La riuada de Franco con la intención de divulgar nuevos datos sobre las inundaciones del Vallés de 1962. Coincidiendo con el 50 aniversario de aquella catástrofe colectiva, el libro, escrito por Ferran Sales i Aige y Lluís Sales i Favà, destapa las pugnas políticas, la propaganda y la corrupción que desataron aquellas riadas.


15 oct 2012

La riada no tiene película

Coincidiendo con el cincuenta aniversario de la riada de 1962 en el Vallés acaba de estrenarse la película ‘Lo imposible’ co-financiada, entre otros, por la Comunidad Valenciana. La película, dirigida por Juan Antonio Bayona, basada en hechos reales, narra la odisea de una familia española que se ve sorprendida por el tsunami de 2002 en Tailandia. La película ha merecido los elogios de la critica y la web Filmaffinity, termómetro de cinéfilos, le da una puntuación extraordinaria: 7.3 sobre 10.

‘Lo imposible’, aunque está basada en hechos reales, está llena de estereotipos, fórmulas facilonas, efectistas y concesiones comerciales tan vulgares como vergonzosas. Entre estas concesiones vergonzosas citaré sólo dos a modo de ejemplo: la primera escena vergonzante es la de tres supervivientes, subidos a un arbol, mientras recobran fuerzas bebiendo una lata de refresco que uno de los protagonistas localiza en medio de los escombros, y que automáticamente el espectador asocia a la Coca-cola.


La lluvia sobre Valencia de este fin de semana
 hizo mas vivo el aniversario de la riada
del 14 de octubre de 1957
que asoló la ciudad y provocó 99 muertos.

La segunda escena "peculiar" es la irrupción al final del film de un personaje perfectamente trajeado de oscuro, contrapunto a la desnudez y el drama, que se  presenta a la familia como agente de Seguros Zurich para asegurarles su repatriación a una zona segura en un avión hospitalizado, al tiempo que concluye "Seguros Zurich cuidara de su familia". Simplemente por esas dos escenas ‘Lo imposible’ debería ser colocada en el índice de películas indecentes o gravemente pecaminosas.

Pero en medio de tanto despropósito, ‘Lo imposible’ es una película que le viene como anillo al dedo al cincuentenario de la riada del Vallés. La película ilustra, de manera mas o menos diáfana, el desconcierto y desorden que se produce después de una tragedia natural y cómo los primeros que asumen el socorro de las víctimas son los vecinos, después los voluntarios y la ausencia o tardanza en actuar de las estructuras estatales asistenciales. De acuerdo con este protocolo asistencial, en ‘Lo imposible’ no se ven soldados, a penas se ve policía, por no hablar de la invisibilidad de la Cruz Roja o de otros cuerpos internacionales que llegan siempre mas tarde, es decir demasiado tarde.

El discurso de ‘Lo imposible’, al margen de la indecencia comercial, es un homenaje fugaz a la solidaridad humana, vecinal y al voluntariado, el mismo que actuó en la riada valenciana de 1957, en el Vallés en 1962, en el tsunami de 2002 en Tailandia y que volverá a actuar siempre cuando las circunstancias lo requieran.

‘Lo imposible’ me ha hecho reflexionar y preguntarme ¿por qué  si hay ya una película sobre el tsunami de Tailandia no hay ninguna película o un gran documental sobre la riada del Vallés o de Valencia? ¿No es paradójico que la industria cinematográfica valenciana se haya volcado para hacer una película sobre el tsunami de Tailandia y no se acuerde de su propia tragedia de 1957 o de la de Barcelona en 1962?

1 comentario:

  1. Señor Sales, no puedo estar más de acuerdo con usted en su descripción de la indecencia del film de J. A. Bayona y la manera en la que se ha vendido. Sin embargo, esa solidaridad de la que usted habla y que por suerte aflora de seres humanos anónimos en momentos difíciles, seguro que estuvo presente en Tailandia, pero en "Lo Imposible" yo no he sabido verla. Desde mi punto de vista, la cinta de Bayona es un relato etnocéntrico (occidentalizado) que frivoliza la catástrofe natural más salvaje jamas registrada i que dejó en la miseria por años a cientos de miles de personas, por no hablar de los que allí murieron. Vemos pocos cadáveres sí, pero todos de tez rosada. No puedo dejar de pensar que dirán los tailandeses cuando se vean representados de esa manera. Muchas gracias por su trabajo y por compartir su lucidez con nosotros. GQM.

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