Este blog nace a partir del libro La riuada de Franco con la intención de divulgar nuevos datos sobre las inundaciones del Vallés de 1962. Coincidiendo con el 50 aniversario de aquella catástrofe colectiva, el libro, escrito por Ferran Sales i Aige y Lluís Sales i Favà, destapa las pugnas políticas, la propaganda y la corrupción que desataron aquellas riadas.


23 sept 2012

La caja única de la riada


La riada de Franco tuvo una caja única con una única llave, que estaba en Madrid. Yo no sé si a alguien le sonará a algo esta historia, en estos momentos, o si se empezaran a hacer paralelismos, pero les voy a explicar más cosas con respecto a la Caja Única de la riada del 62, controlada por el régimen de Franco, un tema abordado minuciosamente en el libro La riuada de Franco que he escrito junto con el historiador Lluís Sales Favà. El tema en cuestión está relatado en el capítulo tercero que se titula “La Cuestación Nacional”. El título del capítulo está escrito voluntariamente en castellano. 
La Caja Única de la riada la estableció el régimen pocos días después de la tragedia, para centralizar en ella todas las donaciones que se hacían a los damnificados. Todo debía ir a parar a la Caja Única. El director general de Beneficiencia, dependiente del Ministerio del Interior, era el controlador oficial de esa caja, aunque en realidad la llave la tenía personalmente el propio Franco, quien tenía la última palabra sobre los criterios de pagos y de recolectas. En muchas ocasiones, los criterios eran peregrinos, pero como lo decía el Caudillo, casi todos decían que sí. En ocasiones parece ser que a Franco, que ya había empezado a tener los primeros síntomas de Parkinson, se le olvidaba encima de la mesa la llave de la Caja Única y entonces la cogían los ministros. 
El dinero que se recogía en Barcelona a través de las donaciones voluntarias, y algunas no tan voluntarias, se centralizaba en el Gobierno Civil de la capital catalana, que a su vez cada semana –cada  viernes antes de la una, según se ordenó desde la capital de España- debía hacer un arqueo de caja y comunicarlo a Madrid. El dinero recogido en Barcelona no salió de Barcelona, pero el dinero recogido en Madrid de otras partes de España y del mundo no tengo constancia clara de dónde fue a parar. Tampoco he logrado saber la cantidad exacta que se recaudó en Madrid. 
Reconozco que no soy un buen investigador, pero el Gobernador Civil de Barcelona, Matías Vega Guerra, y el presidente de la Diputación, el Marqués de Castellflorite, ya tuvieron en 1962 el mismo problema que hemos tenido nosotros; nadie sabía cuánto dinero tenía Madrid, sólo se sabía el de Barcelona. Hay que leer las actas de la comisión encargada de la distribución de fondos para darse cuenta de la indignación que tenían las autoridades del régimen de Barcelona con respecto a las de Madrid por esa opacidad. No sólo había indignación, había también miedo de que parte del dinero entregado por el pueblo  para los catalanes se utilizara en otras “cosas”. 
Circular de 1957 a los Gobiernos Civiles
de cómo tenían que colectar donaciones
 para los damnificados de la riada de Valencia
Era un miedo basado en hechos concretos y expresado también en esas mismas actas utilizadas para escribir el libro La riuada de Franco. Todas las autoridades de Barcelona recordaban, y tenían muy presente,  lo que habia pasado en Valencia en 1957 cuando una parte del dinero dado por el pueblo a favor de los damnificados de la riada valenciana fue a parar a los industriales tomateros de Canarias para paliar la crisis del tomate. Este “desvio” del dinero, acordado por el gobierno de Madrid, provocó protestas oficiales, ceses y dimisiones entre las autoridades de la capital del Turia. Valencia vivió así una segunda riada, “una riada política”, dentro del mismo franquismo. 
Hay que leer La riuada deFranco, si se quiere saber qué hizo el régimen franquista con el dinero de la riada, pero si no lo leen da igual; lean entonces la historia o los periódicos. Se darán entonces cuenta que en este país siempre ha habido “cajas únicas” y “llaves únicas”. Podría extenderme mucho más y explicarles más cosas de cómo funcionó la Caja Única de la riada de 1962, quien la denunció en voz alta y quien cerró los ojos y colaboró con ella,  pero comprenderán que entonces ustedes, ni por asomo, se compraran nuestro libro. Pero que quede muy clara una cosa; la Caja Única, creada por el régimen franquista en la riada de 1962, no sólo es un símbolo.

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