Este blog nace a partir del libro La riuada de Franco con la intención de divulgar nuevos datos sobre las inundaciones del Vallés de 1962. Coincidiendo con el 50 aniversario de aquella catástrofe colectiva, el libro, escrito por Ferran Sales i Aige y Lluís Sales i Favà, destapa las pugnas políticas, la propaganda y la corrupción que desataron aquellas riadas.


18 sept 2012

La primera víctima política de la riada

Miquel Rufé (1921-2003), alcalde de Rubí, fue defenestrado por el régimen a raíz de la riada. Fue la primera víctima política de las inundaciones de 1962. Paradójicamente el siguiente en caer fue el mismo que lo había cesado, el gobernador de Barcelona, Matías Vega Guerra, que fue cesado en enero de 1963 y enviado a Venezuela como embajador.

Miquel Rufé con los Príncipes de España pocos días
después de la riada. Foto cedida por la familia Rufé.
Nunca conocí personalmente a Miquel Rufé. Lo descubrí por casualidad una mañana, hace aproximadamente un año, registrando papeles del archivo del viejo Gobierno Civil de Barcelona, que ahora custodia y administra la Delegación del Gobierno.

El nombre de Rufé me apareció por primera vez en un informe que el Inspector provincial de la Falange Carlos Maria Hernandez Palmes envió  a sus superiores. El comisario político se quejaba de la falta de colaboración del alcalde de Rubí con las fuerzas falangistas.

Se iniciaba así una operación de acoso y derribo que culminó tres semanas mas tarde cuando Rufé se vió obligado a presentar una carta de dimisión alegando razones de enfermedad. Un cese que ha sido reconstruido gracias a los documentos descubiertos en los archivos al escribir el libro La riuda de Franco.

Rufé pues se convirtió el 15 de octubre de 1962 en la primera víctima política de la riada. Pueden alegarse muchas razones para explicar la ejecución política sumaria de Rufé; desde su apoyo al movimiento escolta en las labores de desescombro, su oposición a la sección Femenina, los artículos de la revista Rubricata de los que era el director, o simplemente razones personales y enemistad con el inspector de la Falange Carlos Hernandez. 

Sin embargo, un reciente estudio del profesor de Geografía, especialista en Geografía Urbana, de la Universidad de Barcelona Horacio Capel, sobre la especulación urbanística en el Valles, surgida de la mano de La Canadiense, de la electrificación de Catalunya y de la construcción del ferrocarril de Sarriá, a principios del siglo XX, me han obligado a reflexionar.

Sospecho que Rufé fue asesinado políticamente porque entorpecía las ambiciones de los especuladores inmobiliarios del Vallés, que ambicionaban hincar el diente en Ruíi, uno de los últimos enclaves de la zona en la que se había perpetuado un equilibrio entre la agricultura y la industria y donde existían grandes fincas. Rufé era un defensor a ultranza de ese equilibrio que se vino abajo con la excusa de la riada.

Mucho me temo que a Miquel Rufé, alcalde de Rubí, no se lo llevaron las aguas de la riada, ni siquiera los falangistas, se lo llevó por delante los especuladores inmobiliarios, que querían a toda costa romper ese equilibrio agrícola - industria que había sido consustancial de la población . La riada fue simplemente la excusa que les permitió acabar con un alcalde que defendió siempre el equilibrio, y la convivencia, en este caso entre la industria y la agricultura. Si alguna cosa no se puede poner en entredicho es que Rufé representaba y amaba ese viejo Rubí, a caballo entre la viña y la fábrica.

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